Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1879-1880 (Cortes de 1879 a 1881)
Sesión: 24 de noviembre de 1879
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 65, 1231
Tema: Suspensión de las sesiones hasta el 5 de diciembre próximo

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: Señor Diputado, en contra del acuerdo no puede haber palabra, porque ya está votado por la Cámara.

El Sr. SAGASTA: La he pedido para una alusión personal. (Rumores. -Unos Sres. Diputados dicen que ya está votado; otros manifiestan su deseo de que se le conceda la palabra.)

El Sr. PRESIDENTE: Su señoría podrá usar de la palabra, pero le suplico tenga en cuenta que sería anómalo que en este momento combatiera el acuerdo que acaba de ser aceptado por la Cámara; S. S. respeta bastante el Parlamento para no incurrir en esta anomalía; puede hacer uso de la palabra para una alusión personal.

El Sr. SAGASTA: No tema el Sr. Presidente, no teman los Sres. Diputados que vaya a combatir el acuerdo que acaba de tomar la Cámara. Nunca lo hubiera combatido, ni aún antes de ser aprobado; no porque no haya asuntos de que tratar, sino porque yo entiendo que por graves y por importantes que ellos fuesen, debiéramos dar una ligera tregua a nuestras discordias políticas en justa deferencia al Monarca y a la augusta Princesa que con él ha venido a compartir el Trono de España, y que a estas horas está ya bajo el cielo de su nueva patria. (Bien, bien.)

Voy sencillamente a contestar a la alusión que me ha dirigido el Sr. Martos; y he tardado en pedir la palabra porque, francamente, Sres. Diputados, he dudado si debía o no darle contestación, en castigo a la ofensa que mi amigo particular y antiguo compañero me ha dirigido, pues ofensa es dudar de la actitud que adoptará el partido constitucional en la cuestión de Cuba como en todas las cuestiones de gobierno.

El partido constitucional en sus procedimientos de gobierno tiene por fin la libertad; y tiene por fin la libertad en sus procedimientos de gobierno, lo mismo aquí que en Cuba, lo mismo aquende que allende los mares. (Muy bien, en la izquierda.)

Aunque yo creo que tengo derecho para hablar aún después de tomado el acuerdo, puesto que he pedido la palabra para alusiones, y para alusiones personales se tiene derecho siempre, yo no he de molestar más la atención de los Sres. Diputados, porque obligado por consideraciones de que el Sr. Martos puede prescindir, no quiero que mis palabras puedan contribuir a alterar la paz octaviana que al parecer y afortunadamente en este momento reina en el Gobierno, y la mutua confianza en que felizmente viven Gobierno y mayoría (Risas); paz octaviana y mutua confianza que el partido constitucional no desea ver alteradas por lo menos en algunos días, no sólo por debida consideración al Monarca, sino en bien del país, que no sería favorablemente juzgado ante la Europa si sus representantes en el Gobierno y en los altos Poderes del Estado no supieran prescindir de sus disidencias por unos días para recibir dignamente a la ilustre dama que abandonando sus derechos, su patria y su familia, viene confiada a entregarse a la lealtad de este nuestro hidalgo país, y no mostraran la prudencia necesaria para aplazar sus luchas políticas y para calmar sus pasiones en presencia de un acto que puede contribuir a la consolidación y engrandecimiento de la primera y la más alta de las instituciones. (Bien, muy bien, en toda la Cámara.) [1231]



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